Micah Schuurman
Hay 2 mujeres en la Biblia con el nombre “Tamar.” Una aparece en Génesis 38. La otra se encuentra en 2 Samuel 13. Las dos son miembros de la familia/tribu de Judá. Adicionalmente, las dos son víctimas en un caso en que el padre/líder de la familia no hace la justicia.
Génesis 38
Esta historia se encuentra en medio de un conflicto familiar entre José y sus hermanos (Gn. 37-45). Hay una duda sobre el futuro de la familia. Pueden romper el ciclo de violencia entre hermanos que empezó con Caín y Abel, y seguía con Abram/Lot, Ismael/Isaac y Jacob/Esaú? Adicionalmente, ¿cuál hermano será el líder del grupo?
Judá era el cuarto hijo de Jacob. Rubén se eliminó de un rol de liderazgo por acostarse con Bilha, la sierva de Raquel y concubina de Jacob (Gn. 35:22). Simeón y Leví se eliminaron por la masacre en Siquem (Gn. 34). Más tarde, la tribu de Leví logró recibir un nuevo rol de liderazgo por su conducta en Éxodo 32:26-29.
Después de eso, Judá sería el líder natural, pero se encuentra en peligro. ¡Fue su idea vender a José como esclavo en Génesis 37! José famosamente perdonó a sus hermanos por este pecado. Pero muchos ignoran el hecho de que Judá tuvo que pasar una prueba primero. Antes de abrazar a sus hermanos, José les hizo una prueba. Ya habían vendido un hermano como esclavo en Egipto. ¿Lo harían otra vez con Benjamín?
Judá pasó la prueba. Al final de Génesis 44, él ofrece tomar el lugar de Benjamín. Judá se convertirá a sí mismo en un esclavo para proteger a su hermano.
Este no es el mismo Judá de Génesis 37. Algo cambió para que Judá fuese capaz de hacer lo que hizo en Génesis 44. La única opción que la historia nos ofrece para saberlo se encuentra en Génesis 38, la historia de Judá y Tamar.
Nuestra historia se encuentra en medio de dos historias en que hay un engaño usando la ropa de José. En Génesis 37, los hermanos de José habían usado su ropa, cubierta en sangre, para engañar a Jacob. Después, en Génesis 39, la esposa de Potifar usa la ropa de José para mentir a Potifar sobre la conducta de José.
En medio de esas dos historias, tenemos el episodio de Judá y Tamar, su nuera. Tamar se casó con el primer hijo de Judá, Er. Er murió sin hijos. Por la costumbre de matrimonio levirato, era necesario que Onán, el hijo segundo tuviese relaciones con Tamar para darle a ella un hijo. Había múltiples propósitos para esta costumbre: dar descendencia al hermano muerto, y dar apoyo a la viuda vulnerable. Onán no quiso cumplir con eso. Como Ananías y Safira en el libro de Hechos, Onán quiso fingir que estaba cumpliendo con sus deberes hacia las viudas, pero no quiso cumplirlas de verdad. Onán también murió.
Judá, al igual que su hijo Onán, no quiso proteger los derechos de las viudas. Aunque Tamar era legalmente miembro de la familia de Judá (más tarde, Judá la condenará a la pena de muerte porque él tenía ese derecho), ella fue enviada a la casa de su padre para que no fuera una carga en la familia de Judá. Después de esperar mucho tiempo, Tamar tomó la justicia en sus propias manos, engañando a Judá para que tuviese relaciones con ella. El resultado es que ella salió embarazada, recibiendo por fin, lo que era su derecho.
Al entender lo que había pasado, Judá reconoce que Tamar era más justa que él. La historia termina bien. Judá, después de perder dos hijos, recibe dos más. Uno, Perez, ¡será el antepasado de David, y Jesús! Adicionalmente, Dios usa estas experiencias para enseñar a Judá cómo hacer la justicia. Él había valorado a sus hijos más que a la viuda cananea, hasta negar los derechos de Tamar.
2 Samuel 13
Pero la historia de la segunda Tamar en 2 Samuel 13 no tiene un final feliz. Es una de las más tristes en toda la Biblia.
En esta historia, David tenía una hija que se llamaba Tamar. El hermano de Tamar era Absalón. Había otro hijo de David con otra mujer que se llamaba Amnón. Amnón se obsesionó con Tamar y la violó. Cuando David supo de eso, no hizo nada porque él había hecho algo muy similar con Betsabé en el capítulo anterior. Igual como su antepasado Judá, David no hizo justicia con respecto a los derechos de Tamar.
Al ver eso, Absalón tomó la justicia en sus propias manos y mató a Amnón. Absalón huyó, pero después de un tiempito, su padre lo recibió de nuevo sin castigarlo. En 2 Samuel 15 Absalón empezó a quedarse en el portón de la ciudad. Cuando había ciudadanos que viajaban para consultar a David, Absalón les decía: “Mi padre no les hará la justicia”. Tenía razón. Así empezó Absalón a conspirar en contra de su padre, y así se inició la rebelión que resultó en guerra civil la cual impactó a toda la nación.
En el caso de la primera Tamar, ella enseñó la justicia a Judá. Con ese cambio, Judá logró pasar la prueba de José, e hicieron la paz entre los hermanos. En el caso de la segunda Tamar, la falta de justicia resultó directamente en guerra para el pueblo entero.
En los dos casos, la justicia se define principalmente por la manera en que la persona con poder (Judá y David) se negaron a usar su poder para proteger a una persona vulnerable.
En fin, yo me pregunto, “¿Quiénes son las personas vulnerables hoy? Y, ¿cuál es mi responsabilidad para protegerlas?”
Micah Schuurman es ThM. en Teología por el Calvin Theological Seminary. Fue profesor de Antiguo Testamento en la Universidad Evangélica de las Américas (UNELA). Actualmente trabaja en ESEPA (Escuela de Estudios Pastorales).
Nota: Este artículo fue subido a la página de la FTL el 31/07/2024.
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